Nuestra Iglesia

El evangelio es el mensaje de la salvación de Dios a través de Jesucristo. Este es uno de los mayores bienes que Dios ha confiado a la iglesia. Como miembros de la iglesia, tenemos la responsabilidad ineludible de compartirlo con quienes aún no lo han recibido. En otras palabras, la tarea suprema de la iglesia, tarea conocida también como la Gran Comisión, es la evangelización del mundo.

Como obrero del Señor, quizá se pregunte: ¿Qué necesito hacer para llevar a cabo esta responsabilidad? Esta lección ha sido escrita con el propósito de contestar su pregunta. En la primera parte encontrará sugerencias acerca de cómo movilizar los miembros de su iglesia para llevar a cabo la Gran Comisión; en la segunda parte recibirá algunas ideas acerca de cómo mejorar la situación financiera de su iglesia. De esta manera podrán pagarse los gastos que son necesarios para cumplir con la Gran Comisión.

MOVILIZANDO LOS MIEMBROS

Enseñando la mayordomía del evangelio

Algunas iglesias parecerían estar satisfechas siendo un grupo de creyentes nada más. Sus miembros no están interesados en trabajar para que la iglesia crezca. Piensan que las únicas responsabilidades que tienen son ir a las reuniones y pagarle al pastor para que les predique.

El error de estas iglesias se debe mayormente al hecho que nadie les ha enseñado a sus miembros acerca de la mayordomía del evangelio. Para remediar este error, una persona debe comenzar enseñándoles a los creyentes las verdades fundamentales relacionadas con la mayordomía. Estas son:

  1. Dios es el dueño del evangelio. Este es su evangelio (Romanos 1:1). Tiene su origen en El (1 Timoteo 1:11).
  2. Somos mayordomos del evangelio. Somos compañeros trabajando juntos para Dios (1 Corintios 3:9). El nos ha encargado ministrar el misterio del evangelio (1 Corintios 4:1; Efesios 6:19). El nos ha confiado la tarea de compartirlo (1 Corintios 9:17-18; Mateo 10:7-8).
  3. Debemos conocer el evangelio. Esto tiene sentido, porque no podemos compartir con otros lo que nosotros mismos desconocemos. Este es, sin embargo, el problema que tienen algunos creyentes: No saben cómo explicar a otros el evangelio porque ellos mismos no lo han entendido.

Una manera de enseñar el evangelio a los creyentes es narrándoles la historia de Jesús en la forma que lo hacen los evangelistas. El curso de Global University-ICI Sucesos cumbres en la vida de Cristo podría cumplir muy bien con este propósito. Después de todo, la mayor parte del evangelio que los discípulos anunciaron comprendió los sucesos cumbres en la vida de Jesús (Hechos 2:22-24; 32-33; 10:36-42; 13:23-32; 1 Corintios 15:17). Aun hoy, la mejor manera de presentar el evangelio en algunos países es contándole a la gente la historia de Jesús.

Otra manera de enseñar el evangelio es presentar las verdades esenciales de la salvación: a) El hombre es pecador y está bajo condenación (Romanos 3:10-12, 23; 6:23). b) El hombre no puede salvarse a sí mismo (Jeremías 2:22). c) Sólo Jesucristo puede salvar al pecador (Hechos 4:12; 1 Timoteo 1:15). d) El hombre debe creer en Cristo para ser salvo (Juan 3:16; Hechos 16:31).

  1. Necesitamos predicar el evangelio. Hay tres razones para hacerlo: a) Cristo lo ordenó (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15; Lucas 24:47; Hechos 1:8). b) Es el medio que Dios usa para salvar a los pecadores (Romanos 1:16). c) Si no lo hacemos, nuestra culpabilidad será muy grave (1 Corintios 9:16).

Usando los dones espirituales

La tarea que Dios le ha dado a la iglesia es grande y difícil. Pero El también les ha provisto a los creyentes con las herramientas necesarias para que la tarea resulte más efectiva y fácil. Estas herramientas son los dones espirituales. Algunas son útiles para confirmar el mensaje que ha sido predicado (Marcos 16:17-18, 20).

Puede ser que en su iglesia haya muchos creyentes que no han recibido el bautismo en el Espíritu Santo. En tal caso, lo mejor es invitarles a orar y buscar hasta que ellos lo reciban (Lucas 24:49; Hechos 1:4-5). Si un creyente trata de evangelizar pero no busca el poder del Espíritu Santo, él está fracasando como administrador. Es como si tuviera que sembrar un gran terreno. A fin de ayudarle en la tarea, el dueño le entrega un tractor con un sembrador mecánico. Pero él prefiere sembrar a mano ¡y se queja porque casi le es imposible llevar a cabo la tarea!

Si los creyentes han recibido el bautismo en el Espíritu Santo, sin duda también habrán recibido algunos dones espirituales. Pero si no los están usando para la salvación de los pecadores y para la edificación del cuerpo de Cristo (Romanos 12:4-8), ellos deben mantenerlos avivados y no descuidarlos (1 Timoteo 4:14; 2 Timoteo 1:6). De la misma manera en que el evangelio es un legado, así también ocurre con los dones espirituales. Somos mayordomos de estos dones (1 Pedro 4:10-11).

Planificando las actividades

Estudie la situación de su iglesia

Todas las actividades de una iglesia pueden ser agrupadas en estas cuatro categorías:

  1. Adoración
    Servicios de adoración
    Reuniones de oración
    Campamentos
    Servicios de vigilia
    Campañas de evangelismo,
    etc.
  2. Servicio
    Evangelización
    Visitación
    Construcción y mantenimiento
    Actividades musicales
    Grupos de trabajo femeninos, de hombres,
    etc.
  3. Enseñanza
    Clases para nuevos creyentes
    Clases para entrenar obreros
    Estudios bíblicos,
    etc.
  4. Compañerismo
    Cenas
    Paseos Recreo,
    etc.

Usted necesita, primero, estudiar la situación de su iglesia antes de trazar cualquier plan de actividades. Necesita una lista de sus actividades de acuerdo con las cuatro categorías mencionadas anteriormente. Pregúntese: ¿Hay alguna categoría que es de frecuente ocurrencia o que está completamente ausente? ¿Se asemeja la iglesia más a una escuela o a un club social? ¿Hay mucha adoración y muy poco servicio? ¿O lo opuesto? Luego hágase otra pregunta: ¿Estamos avanzando o permaneciendo en un mismo lugar? Sus respuestas a estas preguntas le ayudarán a saber cuál es su situación al tiempo de comenzar a planear las actividades. En mi opinión, el orden de las categorías mencionadas anteriormente le dan relativa importancia a cada clase de actividad. Este le puede orientar en la decisión de cuánto énfasis hacer sobre cada una.

Tenga reuniones de planeamiento

Después de estudiar la situación de la iglesia, el pastor debería reunirse con los otros líderes oficiales y quienes tienen a su cargo algún departamento para celebrar una reunión de planeamiento. En esta reunión, ellos deberían hacer lo siguiente:

  1. Adaptar los planes nacionales y de distrito a la situación local. Uno debería asumir que estos planes no serán archivados ni tirados al canasto de la basura.
  2. Hacer un plan conjunto o coordinar los diferentes planes para las actividades de la iglesia y sus departamentos. De esta manera evitará que haya departamentos que estén trabajando en direcciones opuestas.

Dado que los planes nacionales y distritales son normalmente anuales, es buena idea si estas reuniones de planeamiento se llevan también a cabo cada año. Por supuesto, es también necesario tener otras reuniones de planeamiento para los planes de corto alcance. Estas sesiones podrían llevarse a cabo mensualmente o cada dos meses, de acuerdo con la situación local.

Una vez que los planes han sido hechos, necesitan ser anotados en el calendario de actividades de la iglesia. Hay ciertas actividades que desde el principio del año están reservadas para un día especial. Pero las fechas para los planes de corto alcance pueden ser agregadas a medida que son planeadas.

Utilice la estrategia

Cuando planea las actividades, la estrategia sugerida en la lección 3 puede ser muy útil. Las metas anuales de la iglesia determinan, por ejemplo, tener 30 miembros nuevos o abrir un punto de predicación. También se fijan las prioridades relacionadas con las diferentes metas. Por supuesto, la adoración y la evangelización deberían estar siempre entre las primeras prioridades. Por último, se hacen los planes para alcanzar las metas que han sido fijadas. A fin de lograr los 30 nuevos miembros, por ejemplo, será necesario preparar obreros, realizar alguna campaña evangelística, enseñar clases para nuevos creyentes y celebrar reuniones de bautismo.

Alcanzando al mundo

Como puede notar en el diagrama, es mejor comenzar evangelizando el área donde la iglesia está ubicada, para luego ir poco a poco a lugares más alejados. Pueden utilizarse diferentes métodos para esta tarea, por ejemplo: a) campañas evangelísticas en la iglesia, b) campañas evangelísticas en un suburbio, c) apertura de un nuevo punto de predicación, d) reuniones al aire libre, e) distribución de literatura de casa en casa, f) visitación en los hospitales, g) reuniones en la cárcel, h) testimonio personal, i) programas de radio.

Los esfuerzos evangelísticos no deberían ser un tiempo especial para la iglesia que luego es seguido por un tiempo de inactividad. El plan del Señor para la iglesia es que ella esté continuamente participando en esfuerzos evangelísticos. Los creyentes de la iglesia primitiva evangelizaban cada día (Hechos 5:42). El resultado era que cada día el Señor agregaba a la iglesia aquellos que serían salvos (Hechos 2:47).

Los nuevos creyentes deberían ser instruidos para que puedan evangelizar a otros, quienes a su vez evangelicen a otros, y así sucesivamente (2 Timoteo 2:2). La iglesia debería estar en un continuo ciclo de evangelización e instrucción.

Distribuyendo el trabajo

A fin de obtener los mejores resultados en la realización de su tarea, la iglesia debería movilizar a todos sus miembros. Ella no puede estar dividida en actores y espectadores, quienes trabajan y quienes los miran como trabajan. Todos los miembros deberían ser obreros.

La iglesia es el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:27). En un cuerpo cada parte cumple una función especial. Por ejemplo, los ojos son útiles para ver, pero no para caminar. De la misma manera un creyente puede servir muy bien como maestro de adultos, pero no como director de música. Por lo tanto es necesario distribuir el trabajo de acuerdo con las capacidades y dones que Dios le ha dado a cada miembro.

Los talentos y dones espirituales de algunas personas son muy evidentes; los talentos de otras personas parecerían estar ocultos. En el primer caso, un líder sabio no tendrá inconvenientes en poner a la persona capacitada frente a la tarea apropiada. En el segundo caso, será necesario descubrir cuales son sus talentos. Para hacerlo, le ayudará el escribir una lista de actividades. Luego puede repartir esta lista entre los miembros. Así, cada uno podrá indicar qué actividades podría hacer. ¡Trate de hacerlo! ¡Sin duda le dará resultado!

MEJORANDO LA SITUACION FINANCIERA

Enseñando el plan financiero de Dios para la iglesia

La necesidad de esta enseñanza

El plan financiero para la iglesia está estrechamente relacionado con el cumplimiento de la Gran Comisión. Por esta razón, las iglesias que desconocen este plan son incapaces de cumplir con la tarea que Dios les ha dado. De hecho, el no enseñarles a los creyentes el plan financiero de Dios acarrea tres perjuicios:

  1. A los creyentes. porque les quita la bendición que Dios tiene para quienes participan en su plan.
  2. A la iglesia, porque no posee suficientes recursos como para cumplir la Gran Comisión.
  3. Al pastor, porque no recibe suficiente sostenimiento para satisfacer sus necesidades.

El plan financiero de Dios

El plan financiero de Dios contiene seis verdades fundamentales. Usted las observará al completar la siguiente pregunta de estudio.

Algunas recomendaciones

Es una buena idea enseñar a los nuevos creyentes las bases de la mayordomía cristiana. Esta enseñanza puede darse como parte de la preparación para el bautismo. De esta manera, ellos aprenderán que dar es una parte de la vida cristiana de la misma manera que orar, leer la Biblia o concurrir a la iglesia.

El resto de los creyentes pueden ser enseñados en la mayordomía cristiana por medio de los estudios bíblicos. Estos estudios pueden ser dados a toda la congregación como también a los departamentos.

La meta de toda esta enseñanza es que cada creyente llegue a ser un fiel “diezmador.” La única razón para que un creyente no lo sea, es que no reciba ninguna clase de salario. Pero si recibe algo, por más poco que sea, es una bendición que Dios le da y por lo tanto debería diezmar de esto.

Nombrando un comité de finanzas

Hechos 6:1-6 nos muestra que la iglesia escogió siete hermanos para que se encargaran de ministrar a las viudas. De esta manera los apóstoles debían ocuparse únicamente de la oración y la predicación. De la misma manera, algunas iglesias consideran que es bueno tener un comité de finanzas para compartir con el pastor las responsabilidades en los asuntos financieros de la iglesia.

El comité de finanzas de la iglesia puede estar compuesto por el tesorero de la iglesia y algunos consejeros; y en éste, usualmente, el pastor es el presidente.

La función de este comité debería ser: 1) elaborar y administrar un presupuesto para la iglesia, 2) hacer un plan para recoger los fondos y 3) contar y anotar los diezmos y ofrendas al final de cada servicio.

Administrando los fondos

La administración de los fondos de la iglesia es un proceso que incluye la recolección, el cuidado y la distribución adecuada. Las sugerencias prácticas explicadas en esta sección (y en las siguientes) representan algunos métodos que las iglesias en mi país, Chile, han encontrado útiles para la administración de sus fondos. Usted podría encontrar que estos procedimientos pueden ser adaptados para ayudarle en su situación.

La recolección

El dinero recogido por diezmos y ofrendas debería ser contado por un comité. Este comité podría estar compuesto por dos personas como mínimo; preferiblemente, tres. El tesorero debería ser uno de ellos. Algunas iglesias encuentran que es mejor anotar las ofrendas en un libro y los diezmos en otro. En el libro de diezmos, cada diezmo puede ser anotado debajo del nombre de la persona que diezma. Si se reciben ofrendas especiales grandes, es recomendable extender un recibo a cada donante. Este procedimiento es importante cuando los donantes prometen dar cierta cantidad de dinero en cierto tiempo. Cada vez que se reciben diezmos y ofrendas, el dinero es contado por el comité y entregado al tesorero.

El cuidado

Si la iglesia posee suficientes fondos como para tener una cuenta bancaria, es siempre bueno aprovechar esta clase de servicio. Los fondos serán protegidos contra el riesgo de robo o de incendio en la casa del tesorero. La cuenta debería ser abierta a nombre de la iglesia y con las firmas del pastor y el tesorero. Es necesario que ambos tengan sus firmas registradas a fin de que los dos puedan retirar dinero.

En otras partes de mundo es imposible tener una cuenta bancaria. En tal caso, la iglesia debería tener una caja fuerte o de seguridad en la cual el tesorero guarda los fondos. El pastor u otros miembros del comité de finanzas deberían guardar la llave. De esta manera, dos personas deben estar presentes cuando la caja es abierta.

La distribución

Los fondos que han sido recogidos deben ser distribuidos de acuerdo a lo que la iglesia o los líderes oficiales han acordado previamente. Para el sostén pastoral, es suficiente que los líderes autoricen permanentemente al tesorero a pagar ese gasto. El mismo procedimiento es seguido con los gastos menores y de rutina como los pagos de electricidad, agua, limpieza, etc. Pero para gastos mayores es mejor tener la aprobación de los líderes oficiales y en algunos casos de la iglesia.

Si la iglesia posee una cuenta bancaria, los gastos deberían ser pagados con cheques. Los gastos menores podrían ser pagados en efectivo. Cada vez que sea posible, el tesorero debe pedir un comprobante (factura, recibo, justificante) por los gastos que realiza.

Siendo fieles

El pastor, los líderes oficiales y el comité de finanzas deberían comprender que ellos son únicamente los administradores de los fondos de la iglesia (2 Corintios 8:19-20). Estos bienes son del Señor. Y porque son del Señor, los líderes de la iglesia deberían administrar fielmente los fondos (1 Corintios 4:2). Esto significa que ellos deberían administrarlos de acuerdo con lo que la iglesia ha decidido.

Los líderes también deberían ser fieles en el ejercicio de su propia mayordomía. No es correcto que el pastor enseñe a los creyentes a diezmar si él mismo no lo hace (Romanos 2:21-22). Tampoco es correcto que el tesorero cuide los bienes del Señor pero no pague sus diezmos; sería ridículo que una persona que defrauda al Señor, esté a cargo de sus bienes (Malaquías 3:8).

Si los líderes son fieles en sus responsabilidades, la congregación tendrá confianza en ellos y dará de buena gana. Los fondos de la iglesia, como resultado, serán incrementados; y, así, ella podrá obedecer a la Gran Comisión. Sin duda es verdad que la fidelidad produce confianza.

Utilizando libros de contabilidad

Los libros de contabilidad son esenciales para la administración de las finanzas; sin embargo, una iglesia no necesita tener tantos como los que tendría una firma comercial. Un libro de caja, que debería ser manejado por el tesorero, es normalmente necesario.

Los libros de caja son utilizados para anotar el movimiento mensual de dinero efectivo. Sus páginas tienen numeración doble. Los ingresos son anotados en la página del lado izquierdo y los egresos (lo que han pagado), en la página del lado derecho.

Los ingresos normalmente están compuestos por los diezmos y ofrendas. De vez en cuando pudiera haber otros ingresos debido a que se han hecho ventas o se ha devuelto dinero. Los egresos están compuestos, principalmente, por el salario pastoral, los gastos generales de la iglesia y la adquisición de diferentes cosas.

Los diezmos anotados en el libro de diezmos, se suman al final de cada mes y se anotan en el libro de caja. Lo mismo se hace con las ofrendas de las filiales de la iglesia.

Cierta clase de ofrendas son entregadas a una persona o institución específica. Estas son, por ejemplo, la ofrenda para un predicador visitante, un creyente necesitado, misiones, el instituto bíblico o las sociedades bíblicas. En estos casos es mejor anotar las ofrendas en los ingresos y también en los egresos. De esta manera, habrá un registro escrito de estas ofrendas en los libros de la iglesia.

Cada iglesia debería tener, también, un libro de inventario. En este libro se registran todos los muebles y bienes de la iglesia. Si algunos de estos bienes se deterioraran, habría que tacharlos sin borrarlos del libro. También se registran los bienes adquiridos, perdidos o vendidos.

Es una buena idea realizar de vez en cuando un nuevo inventario. El propósito es conocer si existen o no los bienes registrados. Para su propio beneficio, el nuevo pastor de una iglesia debería recibir este libro con el inventario de los bienes de la iglesia.

Dando cuenta

Usted estudió en la lección 2 que un mayordomo debería dar cuenta de su mayordomía. De la misma manera, el tesorero de la iglesia debería dar mensualmente un informe de las finanzas de la iglesia ante los líderes oficiales. También es buena idea informar a la iglesia, pero el informe puede ser un resumen general a menos que la congregación solicite los detalles. El informe para los líderes debería incluir: 1) La lista de los creyentes que diezman y sus contribuciones; 2) la condición financiera de la iglesia.

Un informe similar puede usarse en la reunión anual de la iglesia. Es fácil obtener las cantidades de todo el año si se suman los totales de cada informe mensual.

El sostenimiento pastoral

Diferentes métodos de sostenimiento

Entre los diferentes métodos de sostener al pastor, los principales son los siguientes: 1) los diezmos de los creyentes, 2) un porcentaje de los diezmos y ofrendas, 3) un honorario, 4) un salario y 5) ofrendas.

Un sostenimiento razonable

Es difícil para algunas iglesias decidir cuánto sería un sostenimiento razonable para su pastor. Probablemente esto se deba al hecho que no han considerado cuánto necesita el pastor para vivir. Por supuesto, no es necesario que el pastor viva con lujo, pero debería vivir con suficiente comodidad como para que hiciera su trabajo “con alegría” y no “quejándose” (1 Corintios 9:13-14; 1 Timoteo 5:18).

Los creyentes deberían considerar el hecho que su pastor frecuentemente tiene más visitantes y viaja más que ellos. Además, él necesita vestirse cada día como un profesional y comprar libros continuamente para su propio enriquecimiento y a fin de enseñar mejor a la congregación. Igualmente, las necesidades de un pastor con una familia grande son mayores que las de una familia pequeña.

Sin pasar por alto los factores mencionados, ¿cuál sería una guía adecuada para decidir cuál debería ser el sostenimiento del pastor? Esta guía bien podría ser el salario promedio que recibe un oficial público de su país.

Trabajando con un presupuesto

En la lección 7 consideramos la necesidad de preparar un presupuesto para las finanzas de una persona. Un presupuesto es extremadamente útil, también, para mantener en orden los asuntos financieros de la iglesia.

El primer paso para preparar un presupuesto, es designar un comité de creyentes capaces. Ellos designan el presupuesto y luego lo presentan al pastor y a la junta oficial. Por supuesto, algunas veces el pastor y la junta oficial pueden servir también como comité de presupuesto. Una vez que los líderes oficiales lo han revisado, el comité lo presenta a la iglesia para su aprobación.

El comité de presupuesto realiza un estudio de todos los recursos que posee la iglesia como también todos los recursos a corto alcance que pudiera recibir. De la misma manera, éste estudia los gastos rutinarios y agrega los nuevos gastos, las inversiones y las cantidades de los gastos inesperados. Naturalmente, los gastos no deberían ser mayores que los ingresos.

Normalmente, los presupuestos se hacen sobre bases anuales. Pero si usted desea utilizar mensualmente un presupuesto anual, cada cantidad puede ser dividida por 12. Si la inflación hace que con el correr del tiempo el presupuesto sea inadecuado, deben realizarse los ajustes necesarios. Pero si el presupuesto es preparado utilizando porcentajes, no será necesario realizar cambios muy frecuentes.

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