Retorno y Restauración

El glorioso templo estaba en ruinas, la belleza de Jerusalén había sido reducida a la nada y el pueblo estaba cautivo en una tierra extraña. ¡Pero la historia no termina allí!

Dios juzga lo que intenta restaurar. Aunque el juicio de los israelitas fue el resultado ineludible de su pecado, fue sólo un paso preliminar hacia su restauración futura. Tenía el propósito de enseñarles y ayudarles a crecer. Ellos aprendieron y crecieron por ello.

Pero los 70 años de cautiverio llegaron a su fin y el propósito de Dios para Israel continuó en vigencia. El restauró a su pueblo en su propia tierra como lo había prometido. Su pacto era eterno. Era un tiempo emocionante para un nuevo principio. Su experiencia nos enseña lecciones de esperanza y estímulo el día de hoy respecto al valor de la disciplina y la posibilidad de una restauración.

Así como los israelitas, nosotros también podemos ser llamados a restaurar áreas de nuestra propia vida y ministerios para el Señor. Aunque el fracaso trae disciplina, el arrepentimiento acelera el proceso de restauración. Estudiemos estos eventos con este principio en mente, conscientes de nuestras debilidades, pero también de la fortaleza de Dios.

EL PROPÓSITO DE LA RESTAURACIÓN

Dios había hecho un pacto eterno con Abraham en relación con su familia y descendientes. El había repetido la promesa a David, haciéndola aún más firme. Dios no permitiría que el pueblo a quien había hecho estas promesas se perdiera en la caída y derrota de los reinos terrenales.

De hecho, el tiempo cuando el mundo sería controlado por los imperios del Este llegó a su final. Persia fue el último gran imperio del Este. Su poder sucumbió ante el imperio macedonio, el primer gran reino del Oeste. Si la nación judía hubiera continuado en cautiverio en el Este, no hubiera sobrevivido ante la decadencia de los poderes orientales. Nunca hubiera influido sobre el mundo. Dios llevó a su pueblo a su tierra en el momento apropiado.

El los puso en el centro de los sucesos del mundo, exactamente entre lo antiguo y lo nuevo. Asiria, Babilonia y Persia, todos los grandes poderes, habían dejado de existir. Nuevos imperios del occidente estaban comenzando a levantarse. La preservación del pueblo de Dios entre las tempestades de guerras que destruyeron totalmente los grandes imperios orientales es uno de sus milagros más grandiosos. Nos muestra que también las naciones más poderosas decaen. Pero Dios, su causa, y aquellos a quienes salva nunca perecerán. Como los profetas predijeron, el conocimiento del reino espiritual estaba destinado a cubrir la tierra. Hoy nosotros podemos ser un cumplimiento vivo de aquella profecía.

EL PROGRESO DE LA REEDIFICACIÓN

En el año 538 a.C., Babilonia, el poderoso imperio y ciudad fuerte, cayó bajo Ciro de Persia. Ciro había vencido a varios reinos del oriente y ahora había conquistado Babilonia. Según algunos antiguos documentos, él invirtió las reglas de los asirios y babilonios en general, liberando a todos los pueblos cautivos para que volvieran a sus tierras natales.

Dios usó a Ciro para comenzar el proceso de retorno y restauración. Publicó un decreto importante concerniente a la reedificación del templo. ¡Debió de haber sorprendido a los judíos al oír a un gentil decir que el Señor le había hecho gobernante de toda la tierra!

Las tres etapas del retorno

El proceso del retorno y reedificación cubrió un tiempo de más o menos 100 años en total. Principiaron con Ciro, otros reyes persas también estuvieron involucrados. Durante estos años hubo tres etapas principales en el retorno de los judíos desde las regiones del Imperio Medo-persa a Israel. Los libros de Esdras y Nehemías describen los eventos que ocurrieron.

La primera etapa; lea Esdras 1-6

La cantidad de personas que regresó con Zorobabel quizá representaba sólo a los jefes de cada familia. En realidad, pudo haber sido mucha más gente. Sin embargo, el número total era sólo un pequeño porcentaje de los judíos que quedaron en cautiverio. Muchos de ellos habían prosperado y estaban bien establecidos. No estaban ansiosos de volver a Palestina para formar una pequeña nación que luchaba por sobrevivir.

La jornada fue difícil y tardó por lo menos cuatro meses. (Más tarde, cuando Esdras llegó, le tomó cuatro meses según Esdras 7:9). Llegaron y empezaron a edificar el templo. El altar fue construido y se echó el cimiento del templo (Esdras 3). Había piedra disponible, pero tenían que llevar desde el Líbano la madera de construcción.

Hubo mucha oposición de los enemigos y, por 16 años, se suspendió la reconstrucción del templo (Esdras 4). Hacia fines de estos años, Dios usó a los profetas Hageo y Zacarías para inspirar al pueblo y principiar el trabajo otra vez. El pueblo respondió y el templo fue terminado y dedicado alrededor del año 516 a.C. (Esdras 5-6).

La segunda etapa; lea Esdras 7-10

Esdras, escriba y sacerdote, dirigió la segunda etapa de Babilonia a Jerusalén más o menos 60 años después que el templo había sido terminado (Esdras 7). El llegó con cartas del rey Artajerjes, las cuales decían a los oficiales regionales que ofrecieran protección y ayuda material al pueblo de Dios.

Esdras, que era descendiente de la casa de Aarón, tuvo una misión que era primordialmente espiritual. El llevó consigo a un número de sacerdotes. Cuando llegó descubrió los abusos que se hacían en la adoración y prácticas del pueblo que se había establecido en Jerusalén. El terminó con estos abusos e hizo muchas reformas. Un corto bosquejo de los sucesos quedaría como sigue:

Permiso concedido a Esdras: Esdras 7-8:31

Llegada y sacrificios: Esdras 8:32-36

Reforma, arrepentimiento y avivamiento: Esdras 9-10

La tercera etapa; lea Nehemías 1-13

Nehemías fue uno de los grandes personajes de la Biblia. Como copero o administrador del vino del rey Artajerjes, mantuvo una alta posición en la corte de Persia. Debido a su posición tuvo un gran poder político. Le contaron que las condiciones de Jerusalén no eran buenas y pidió permiso para ir a reedificar la ciudad. Artajerjes concedió el permiso y Nehemías viajó a Jerusalén acompañado de un grupo de soldados que el rey había enviado. Su posición, y su piadoso carácter, le hicieron posible fortalecer a los judíos.

edificadas, a pesar de la oposición de los enemigos de los judíos. Después que las murallas fueron reedificadas, Nehemías tomó medidas para dar estabilidad y aumentar el número de habitantes en Jerusalén (Nehemías 7:4-5; 11:1-2). El hizo que los judíos ricos dejaran de oprimir a los pobres (Nehemías 5:10) e introdujo otras reformas. Pero su obra principal consistió en reestablecer la vida nacional de los judíos sobre la base de una ley escrita (Nehemías 10:28-39). El siguiente es un breve bosquejo del libro de Nehemías.

Llegada de Nehemías y sus reformas: Nehemías 1-7

El avivamiento de adoración y ley bajo Esdras: Nehemías 8-10

Listas de las diversas familias: Nehemías 11:1-12: 26

Dedicación del muro: Nehemías 12:27-13:31

LOS MENSAJES A LOS RESTAURADORES

Como hemos estudiado, las tareas de la reedificación y del renacimiento espiritual tuvieron mucha oposición. Algunos extraños al pueblo no deseaban ver la obra de Dios restaurada. Otros del pueblo se desanimaron con facilidad. Pero durante ese tiempo de reedificación, Dios tenía un mensaje para su pueblo. Hageo y Zacarías profetizaron durante los años en que el templo estaba siendo reconstruido. Sus mensajes fueron muy significativos para la gente en ese tiempo y también contienen una maravillosa visión para el futuro.

Hageo

El trabajo de la reedificación del templo se había paralizado por casi diez años cuando Hageo dio su primer mensaje. Exhortó a la gente por su falta de interés por la casa de Dios. Lea Hageo 1-2 antes de continuar. Las promesas dramáticas que Dios le dio al profeta Hageo, animaron al pueblo a iniciar de nuevo la edificación. Pero pronto ellos se desanimaron otra vez, y Dios tuvo otro mensaje para ellos.

Zacarías

El libro de Zacarías, aunque solamente tiene 14 capítulos, contiene algunas de las profecías más importantes del Antiguo Testamento. La reedificación que había empezado después que el pueblo respondió al mensaje de Hageo había sido interrumpida. Durante ese tiempo Zacarías recibió una serie de ocho visiones sobre las razones del porqué la reedificación había sido interrumpida (Zacarías 1-8). También a él se le dieron algunas promesas gloriosas para el futuro (Zacarías 9-14). Lea Zacarías 1-14 antes de continuar.

El mensaje de ocho visiones fue recibido por Zacarías dos meses después que había sido puesta la piedra angular. Entre las razones del porqué la reedificación se había interrumpido se cuentan las siguientes:

  1. Un sentimiento de desesperanza y futilidad. Los judíos se vieron a sí mismos como sin importancia. Sintieron que su labor realmente no valía la pena. Pero Dios dijo que El mismo llegaría a Jerusalén y reclamaría la ciudad como suya (1:17).
  2. Los resultados del pecado y la desobediencia. Dios le mostró a Zacarías que El destronaría a las naciones con las que El había juzgado a su pueblo (1:20-21).
  3. Un sentimiento de condenación y de culpa. Dios le mostró a Zacarías a Josué el sumo sacerdote, vestido en ropas sucias y acusado por Satanás. Pero las ropas de Josué fueron reemplazadas por nuevas y Dios prometió remover la culpa de la tierra (3:5, 9).
  4. Un sentimiento de impotencia. Zacarías recibió un mensaje de aliento para Zorobabel y todos los demás: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).

Además de estas visiones, él recibió otras, como la del hombre con la cuerda de medir (2:1-5). En esta visión se profetizó el tiempo cuando Jerusalén sería completamente habitada. En esta primera parte del libro de Zacarías se incluye una profecía sobre el “Renuevo” de quien Josué era una figura (6:12-13).

En la segunda parte del libro (capítulos 9-14) se incluyen otros mensajes acerca del Mesías y del futuro del pueblo de Dios. Israel será limpiado (13:1), y un día todas las naciones adorarán al Señor (14:9).

En ocasiones somos llamados a restaurar en nuestras vidas cosas que hemos perdido. A veces necesitamos principiar otra vez la celebración de momentos devocionales, juntos como familia. En otras ocasiones quizá podemos ser llamados a reestablecer el ministerio interrumpido de un hermano o hermana en el Señor. Las lecciones de esta sección de la Biblia constituyen una ayuda en estos tiempos.

LA ÚLTIMA ADVERTENCIA AL PUEBLO DE DIOS

El libro de Malaquías a veces es llamado el “Antiguo Testamento pequeño” porque contiene, en forma breve, algunos de los temas principales del Antiguo Testamento: Israel, pueblo escogido por Dios, los pecados de Israel y la desobediencia, la importancia de obedecer la ley, y la venida del día del Señor. Es probable que Malaquías hubiera escrito su mensaje muchos años después del retorno de los judíos a Jerusalén. Ya no tenían su entusiasmo inicial. Otra vez su fervor religioso se había enfriado y su vida era moralmente baja. Lea Malaquías 1-4 antes de continuar.

Malaquías habló como un reformador, aunque también animó al pueblo de Dios con una visión del futuro. El profetizó que “el profeta Elías” aparecería antes de la llegada del día de Jehová (Malaquías 3:1,4:5). Pasaron cuatro siglos de silencio. Pero cuando el tiempo de Dios se cumplió, “el profeta Elías” apareció para introducir al Mesías, a Cristo (Mateo 11:10, 14).

El Antiguo Testamento es rico en significado para nosotros hoy. Espero que este curso le haya ayudado a comprender el mensaje de confianza en el Dios vivo. El todavía es el mismo hoy, como cuando anduvo caminando en el huerto con Adán y Eva. Llamó a Abraham a servirle, sacó a su pueblo de Egipto con poderosas maravillas, habló con Moisés cara a cara, inspiró al rey David a escribir los Salmos, y habló por medio de la vida y palabras de sus siervos los profetas. Al continuar leyendo y estudiando el Antiguo Testamento y sus registros de las experiencias del pueblo de Dios, recuerde que:

“Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11).