Quién es Jesús 1: Descubriendo a Jesús
¿Quién cree usted que es Jesús? Dicen algunos que fue un gran maestro, otros lo consideran un profeta, un filósofo, un dios occidental, o un hombre bueno digno de ser imitado.
Pero Jesús fue más que un gran maestro, profeta o filósofo. Jesús no era originario del occidente; por tanto, no lo podemos considerar un dios occidental. Nació en el Medio Oriente hace más de 2.000 años. Aunque Él no construyó monumentos y tampoco fue capitán de un ejército, su vida afectó al mundo entero. Pero a pesar de haber vivido hace tantos años, la verdad es que millones de personas de todo el mundo afirman conocerlo personalmente. Ellas aseguran que El ha cambiado sus vidas, y están dispuestas a morir por su causa. Así que, ¿quién es Jesús?
En esta primera lección descubriremos quién es Jesús. Empezaremos al observar dos maneras en las cuales podemos llegar a conocer quién es Él.
La Biblia revela quién es Jesús
Exactitud de la Biblia
Para saber quién es Jesús, acudamos al libro en que encontramos una exacta reseña de su vida y sus enseñanzas: la Biblia. La Biblia es una colección de 66 libros que fueron escritos por unas 35 ó 40 personas.
Los escritores de la Biblia fueron hombres de las más variadas ocupaciones: comerciantes, pastores, labradores, pescadores, profetas, sacerdotes, médicos, hombres de letras, funcionarios públicos y hasta reyes.
Vivieron en épocas diferentes a lo largo de un período de unos 1.600 años, y tenían en común las siguientes características:
1. Todos ellos adoraban a un solo Dios, llamado Jehová, Creador del universo.
2. Dios se les reveló a cada uno de ellos, y recibieron los mensajes de Él para la humanidad.
3. Todos ellos escribieron lo que Dios les dijo que escribieran.
Dios guardó a estos escritores de cometer errores al escribir sobre los acontecimientos pasados, sobre predicciones de acontecimientos futuros, y al escribir sus mensajes destinados a la humanidad en cada época y circunstancia. Estos escritos inspirados por Dios fueron recopilados, hace ya muchos años, en un solo volumen que se llama la Santa Biblia.
Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2 Pedro 1:21)
La Biblia es precisa en todos sus detalles. Es exacta históricamente. Es exacta científicamente. El exacto cumplimiento de cientos de sus profecías sobre naciones e individuos, es prueba cabal de que es verdaderamente la Palabra de Dios. Podemos confiar en todo lo que nos dice acerca de Jesús.
Tema de la Biblia
¿Qué razón hubo para agrupar en un solo volumen a 66 libros escritos por unos 40 hombres a lo largo de un período de unos 1.600 años? Porque un mismo tema se desarrolla en todos ellos. Todos, en conjunto, señalan aspectos diferentes del mismo cuadro. Los libros históricos, los de la ley, los poéticos, los proféticos, los biográficos y los de enseñanza práctica tienen, en la Biblia, un mismo tema central. Este tema es la salvación del hombre pecador por un Dios amoroso.
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo, las dos partes de la Biblia, nos hacen ver la necesidad que tiene el hombre de un Salvador, y la provisión que Dios nos hace de un Salvador en la persona de Jesucristo. El Antiguo Testamento, escrito en la época anterior al nacimiento de Jesucristo, contiene numerosas profecías relativas a Él. El Nuevo Testamento nos dice cómo vino el Salvador y cómo podemos salvarnos por medio de Él.
El tema de toda la Biblia, la salvación de los hombres, gira en torno a Jesús, el Salvador del género humano.
Datos neotestamentarios acerca de Jesús
El Nuevo Testamento nos proporciona los relatos de:
1) La vida y enseñanzas de Jesús.
2) La iglesia que Él fundó.
3) Las instrucciones para seguir a Jesús.
4) Los acontecimientos futuros relacionados con el retorno de Jesús.
Podemos confiar en la exactitud del Nuevo Testamento. Dios escogió a los hombres que debían escribirlo y los inspiró hasta en lo más pequeños detalles de su obra. Tres cosas nos aseguran que los relatos neotestamentarios son verdaderos: 1) la inspiración divina, 2) el testimonio presencial de los escritores, y 3) la investigación sistemática de los hechos.
Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron los Evangelios que llevan sus nombres. Estos son los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento. Los llamamos Evangelios, porque evangelio significa “buenas nuevas”. Las buenas nuevas de cómo Jesús vino para darnos vida eterna, es la mejor noticia de todos los tiempos.
Nosotros vemos a la gente desde distintos puntos de vista. Considere a una persona conocida de usted. Para unos, es un vecino; para otros, un amigo; y aun para otros, un esposo, un padre o un operario. Todos podrían escribir sobre la misma persona; pero cada uno enfocaría su apreciación desde una perspectiva diferente y con un énfasis distinto.
Dios inspiró a Mateo, Marcos, Lucas y Juan a que escribiesen las buenas nuevas acerca de Jesús desde distintos puntos de vista.
Mateo nos presenta a Jesús como Rey, el descendiente del Rey David, que regirá al mundo con justicia.
Marcos nos muestra a Jesús, el Siervo de Dios, que hace la voluntad de Dios. Es el Siervo sufriente descrito en las profecías del Antiguo Testamento, el cual vino para morir por nuestros pecados.
Lucas, un médico griego, presenta a Jesús como el Hijo del Hombre, el perfecto representante de la raza humana y la respuesta para los males de toda la humanidad.
El libro de Juan es un relato de la vida de un hombre a quien él conoce y con quien está íntimamente asociado. Juan escribe como testigo, para demostrar quién es Jesús. Su propósito es convencer a todos los que lean su relato, de que Jesús es más que un hombre: es Dios, que vino en la forma de hombre. Declara que todos los que crean en Jesús recibirán la vida eterna. Esta es una gran afirmación, casi demasiado buena como para creerla. Pero al leer en la Biblia lo que otros seguidores de Jesús escribieron acerca de Él, vemos que todos concuerdan en esta realidad. Todo cuanto dicen de Jesús, es cierto.
Mateo y Juan son dos de los doce discípulos que pasaron tres años con Jesús durante su ministerio. Describen los milagros que vieron que Jesús realizó; se refieren a algunas de sus enseñanzas, y cuentan lo que observaron personalmente tocante a su muerte y resurrección. Juan presenta la prueba de la deidad de Jesús, y recalca la importancia de creer en Él. Mateo estaba acostumbrado a trabajar con documentos oficiales antes de hacerse discípulo de Jesús. En su evangelio, presenta de modo sistemático las pruebas que Jesús es el Rey de quien escribieron los profetas del Antiguo Testamento. Mateo cita las profecías y su cumplimiento, traza la genealogía real de Jesús, y describe los principios en que se basa su reino.
Note: Con frecuencia utilizamos el término ministerio.
En un modo, ministerio es el trabajo u operación de servicio
religioso. En otro, ministerio es simplemente el trabajo que
realiza alguien. Un ministro puede ser un oficial religioso,
como un clérigo, o un trabajador social. En el gobierno, algunos
países tienen ministros de departamentos de gobierno o un
primer ministro que los dirige a todos. Al hablar del “ministerio
de Jesús” nos referimos a la obra que Él realizó, la que resultó
en beneficio de toda la humanidad.
Marcos era un joven que vivía en Jerusalén, en la época en que Jesús ejerció allí su ministerio. Es probable que haya estado entre las multitudes que oyeron predicar a Jesús, que vieron sus milagros, y que lo vieron crucificado. Más adelante Marcos se relacionó estrechamente con Pedro (uno de los discípulos de Jesús), y es probable que de él aprendiera algunos de los detalles que expone en su evangelio.
Lucas, el médico, hizo una minuciosa investigación de los elementos de información que tenía acerca de Jesús. Escribió dos libros (su evangelio y Hechos) para proporcionar a un amigo prominente un relato preciso de la vida de Jesús, y del crecimiento de su iglesia. Para conocer los detalles relativos al nacimiento milagroso de Jesús, su vida, su muerte y su resurrección, Lucas recurrió a María (la madre de Jesús) y a muchos otros. Verificó muchas de las sanidades efectuadas por Jesús, y describió los acontecimientos.
Los escritores del resto del Nuevo Testamento, Pedro, Santiago, Judas y Pablo, estaban bien capacitados para escribir acerca de Jesús. Pedro había pasado tres años con Él, como su discípulo. Santiago y Judas eran hermanos de Jesús. Pablo había sido un acérrimo enemigo de Jesús y de sus seguidores, pero como consecuencia de un encuentro con Jesús, se produjo en él un cambio que afectó profundamente su vida. Desde ese momento en adelante Pablo dedicó su vida a hablarles a otros de Jesús.
Dios inspiró a estos hombres para que escribieran lo que sabían sobre Jesús, tanto para conocimiento nuestro como para los de su época. Sus relatos concuerdan. Basados en sus experiencias, nos dicen cómo nosotros también podemos conocer a Jesús y disfrutar la vida maravillosa que Él da. Juan
lo resume en las siguientes palabras:
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1:3)
La experiencia personal nos muestra quién es Jesús.
Jesús vive, ¡y lo podemos conocer personalmente! Esta realidad forma parte de las buenas nuevas del evangelio. Jesús todavía hace por la gente las mismas cosas que hizo en sus días.
La experiencia de otros
¿Conoce usted a alguien que conoce a Jesús personalmente? Esto es más que sólo tener conocimiento acerca de Él, o ser miembro de alguna iglesia cristiana. El conocer personalmente a Jesús implica un cambio en la vida de una persona. En el día de hoy, millones de personas conocen realmente a Jesús, y desearían gustosamente hablarle de Él. Algunos de ellos dicen:
Yo odiaba a todos, pero cuando Jesús entró en mi vida Él me cambió. Ahora amo a la gente y deseo ayudarla.
Yo tenía un tremendo sentimiento de culpabilidad, pero Jesús me liberó de ella completamente cuando le pedí que me
perdonara mis pecados. Él me dio gozo, paz, y una conciencia limpia.
Jesús me liberó de los temores que me atormentaban. Ahora Él me da valor para enfrentarme con mis problemas.
Jesús me ha dado un motivo por el cual vivir, un propósito para mi vida.
Jesús es la respuesta a todos mis problemas. Todo se lo llevo a Él en oración. Él me indica lo que debo hacer, y satisface mis necesidades.
Ya no siento más la soledad, porque Jesús me acompaña en todo momento.
Yo era una víctima de la heroína, pero cuando le entregué mi vida a Jesús, Él me liberó de mi deseo insaciable por las drogas.
Jesús me ha sanado numerosas veces, en respuesta a mis oraciones.
Estos testimonios y miles de otros, procedentes de personas que hoy conocen genuinamente a Jesús, demuestran la verdad de lo que Dios dice:
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13:8)
Su experiencia personal
¿Cómo puede usted saber mejor quién es Jesús? Puede aprender mucho sobre Él estudiando la Biblia. En ella usted encuentra su vida y sus enseñanzas. Descubre por qué Él vino al mundo y qué ha hecho por usted. La Biblia le dice qué está haciendo Jesús ahora y qué hará en el futuro. Usted puede aprender respecto de Jesús de las experiencias de otros. A lo largo de los años, desde cuando Jesús vivió en la tierra hasta los días presentes, la gente ha descubierto que Jesús se da a conocer a quienes realmente quieren conocerlo. Pero lo mejor de todo es que usted puede conocerlo personalmente, y aprender por experiencia propia que todo lo que la Biblia dice de Él, es rigurosamente exacto.
Es posible que durante toda su vida usted haya tenido un cierto conocimiento acerca de Jesús, o tal vez nunca haya oído hablar mucho acerca de Él. Puede ser que usted ya lo conozca y lo ame, o como Pablo (el enemigo de Jesús, cuya vida cambió totalmente cuando tuvo un encuentro personal con Él) usted se oponga al evangelio. Sea cual fuere el conocimiento que tenga de Jesús y su actitud hacia Él, estas lecciones han sido escritas para ayudarlo a que llegue a conocerlo mejor en forma personal. Y al hacerlo, es nuestro deseo y nuestra oración que usted disfrute los maravillosos beneficios que trae la amistad con Jesús.