El Plan de Dios
Todo ocurrió exactamente como Dios lo había planeado. Moisés se presentó ante Faraón diciendo: «Deja ir a mi pueblo.» Faraón se negó a hacerlo y Moisés empleó los poderes milagrosos que Dios le habia dado. El necio corazón de Faraón hizo que horribles plagas azotaran la nación.
Ranas y moscas invadieron las casas. Murió el ganado. La gente sufrió de úlceras dolorosas, el granizo y las langostas destruyeron las cosechas y la tierra se llenó de tinieblas.
Finalmente Dios le dijo a Moisés: «Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual él los dejará ir de aqui.» La plaga seria la muerte de los primogénitos. Dios le dijo a Moisés que esta última plaga seria una lección y un símbolo para el pueblo. De ella aprenderían acerca de la ira de Dios contra el pecado y de su poder para protegerá quienes creen en El y le obedecen.
Dios le dijo a Moisés: «Que cada familia mate un cordero y unte con algo de sangre la puerta de su casa. Yo pasaré’ y heriré de muerte cada primogénitoy traeré juicio sobre todos los dioses falsos. Cuando vea la sangre en sus casas pasaré de largo. Ninguna plaga destructiva los tocará.» De nuevo observamos que el sacrificio de un animal llega a sustituir o a tomar el lugar de la vida humana. Asi como el hijo de Abraham fue rescatado de la muerte, también el pueblo de Dios fue redimido de la plaga mortal por la sangre del cordero. Qué está tratando Dios de decir a través de todo ello? Cuál verdad destaca en este misterio? Veremos que apunta hacia el sacrficio perfecto que Dios proveyó muchas generaciones después.
Moisés y el pueblo realizaron todos los preparativos de acuerdo con las palabras de Dios. Tal como Dios lo habia dicho, llegó la terrible noche de la muerte. El pueblo de Dios fue protegido porque creyó en El y le obedeció. Entonces Faraón lleno de pánico gritó: “¡Salgan del país tan pronto como les sea posible! Tomen todas sus pertenencias y vá yanse de Egipto!»
De esta manera Dios usó a Moisés para dirigir al pueblo fuera de la esclavitud hacia un lugar en donde pudieran recibir su palabra y aprender a vivir y a adorar de acuerdo con su plan.
Podemos imaginarnos la escena mientras que centenares de miles de personas, con sus animales y provisiones, salieron marchando de Egipto. Mas de pronto Faraón cambió de opinión y envió a su ejército para capturarlos y regresarlos. Cuando vieron que se aproximaban los soldados, se llenaron de temor y clamaron al Señor. De nuevo se encontraban en una posición indefensa.
El ejército los perseguía y delante de ellos estaba el mar Rojo. No tenían esca patoria ni se podían salvar a ellos mismos.
Dios le dijo a Moisés que alzara su vara y extendiera su mano sobre el mar. Las aguas se dividieron, dejan do la tierra seca para que el pueblo de Abraham pudiera marchar y cruzarla. Pero cuando los ejércitos de Faraón comenzaron a seguirlos, Dios hizo que las aguas del mar se volvieran a juntar y todos los egipcios perecieron ahogados.
Por fin el pueblo de Dios se había escapado verdaderamente. Moisés organizó al pueblo y lo dirigió a través de las experiencias del viaje, ayudándolos a confiar en DioS para suplir sus necesidades diarias. Siguieron la ruta que Dios les habia indicado y acamparon en el desierto de Sinai.
Moisés subió a hablar con Dios, quien lo había llamado desde el monte. Escuchó palabras dirigidas directamente por Dios y le llevó sus mensajes al pueblo. Dios confirmó su presencia con nubes de humo, truenos y relámpagos, y un sonido de bocina muy fuerte.
Dios le dio a Moisés instrucciones completas sobre el servicio y la adoración a Dios y reglas para la vida diaria. Moisés tomó del monte dos tablas de piedra, llamadas las tablas del testimonio. Estaban inscritas en ambos lados. Dios mismo había escrito en ellas lo que estaba inscrito.
La historia de la liberación de manos de Faraón y del recibimiento de las tablas de piedra en el monte nos dan tres verdades muy importantes respecto a nuestra relación con Dios. Primera, el sacrificio del cordero y el ungimiento de su sangre en los marcos de las puertas ilustra el acto de fe del hombre en la palabra de Dios. Segunda, el cruce del mar ilustra el poder de Dios para librar. Tercera, las tablas del testimonio nos aseguran que Dios da dirección definitiva e instrucciones a quienes le escuchan.