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La Voz de los Profetas

Fue Extendida La Promesa

Por fin se terminó de construir el arca. Noé vio que ya hablan subido todos los víveres, la comida suficiente para que sobrevivieran todos, incluyendo los animales, durante la tormenta. Entonces colocó a los animales en sus lugares, como Dios le había dicho Junto con su familia, Noé entró en el arca. ¡Cuán emocionante momento de fe debió de haber sido! Noé había sido justo aun cuando sus vecinos habían vivido en pecado. Había obedecido los mandamientos divinos. Había trabajado fiel y arduamente para construir el arca a tiempo. Pero en el momento cuando entró por la puerta del arca se entregó totalmente en las manos de Dios de manera diferente y particular. Leemos en la historia que Dios le cerró la puerta. Ya Noé no podía hacer nada. Dependía totalmente de Dios para la protección y la salvación del juicio que vendría sobre la tierra pecaminosa.

Y el juicio se inició. El diluvio se convirtió en realidad aterradora. Por cuarenta días y cuarenta noches llovió torrencialmente y se abrieron grandes fuentes en la tierra. Como Dios lo había dicho, como Noé lo había advertido a la gente, todos los que no entraron en el arca murieron en las aguas turbulentas. Noé fue protegido en el arca por el pacto que Dios había establecido.

El agua inundó la tierra. Entonces Dios cerró las fuentes del abismo e hizo que dejara de llover. Envió un viento para que se evaporara el agua y la tierra se secara, Dios le dijo a Noé: «Sal del arca.» Le dijo a Noé que los seres humanos y los animales debían comenzar a multiplicarse de nuevo y hacer fructífera la tierra.

Tan pronto como Noé pisó tierra seca erigió un altar a Dios y le ofreció sacrificios quemados, en adoración y gratitud. Dios se agradó y le dijo a Noé: «No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre: porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud, ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.» Y Dios estableció el arco iris como símbolo de su promesa para la humanidad.

Entendemos bien por las palabras de Dios que la condición pecaminosa del hombre no terminó con el diluvio. Los seres humanos pecaminosos habían sido destruidos, pero no la condición pecaminosa. De ello aprendemos que Noé no fue salvo porque estuviera libre de la condición pecaminosa, sino más bien porque confió en que Dios le proveería la forma de escapar. Debido a que Noé creyó en Dios y le obedeció, Dios lo ubicó en una posición de seguridad. Se salvo de morir en las aguas del diluvio porque entró en el arca. Se libró del juicio que vino sobre la tierra pecaminosa. La confianza y la obediencia nos sirven a nosotros de arca en la cual nos libramos también del juicio divino.

Si, Dios le dijo a Noé después del diluvio, as como antes de éste, que el intento del corazón del hombre es malo. Con todo, Dios estaba dispuesto a hacer un nuevo pacto con Noé, pero en éste extendería su promesa a todos los descendientes de Noé. Dios había demostrado su disgusto por los actos pecaminosos de los seres humanos enviando el diluvio. Había demostrado lo horrible del pecado y que conduce sólo al juicio. Había demostrado que quien confía en Dios y le obedece no estaría sujeto al juicio.

Al decir Dios: «He aquí yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros», y al crear el arco iris, demostró una vez más su interés, preocupación y esperanza por la humanidad. Sabemos que deseaba que la historia de Noé se trasmitiera a través de muchas generaciones, ya que se encuentra a menudo como ilustración de las lecciones que Dios desea enseñarnos.

Mas como en los días de Noé» nos dice Dios, «antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos como en los días de Noé», nos recuerda Dios, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra… no se apartará de ti mi misericordia del pacto de mi paz se quebrantara» dijo Dios, el que tiene misericordia

Oración

Oh, Dios! Protector y guardián de los justos. Gloria sea a ti para siempre. Así como instruiste a Noé en la construcción del arca que lo protegió del diluvio, instrúyeme para construir mi propia arca de salvación, ayúdame a establecer una relación perfecta contigo para que me proteja del terrible y gran día del juicio Implanta dentro de mi corazón una relación de devoción y obediencia, mi alma clama por ese mismo tipo de pacto, en el cual yo también puedo estar seguro de que eres mi refugio. y de que mi salvación de la destrucción y del mero absolutamente segura. Solo hasta entonces mi alma podrá descansar en paz. Amén.

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