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La Voz de los Profetas

Un Esclavo Obedece La Voluntad De Dios

¡Qué cambio tan radical experimentó José en su estilo de vida! De hijo favorito de su padre, a ser vendido por una cantidad ridícula. Puesto que era muy joven e inexperto, no pagaron el precio total de un esclavo por él. Sus sueños se veían muy lejanos. En lugar de un puesto de honor, se encontraba bajo servidumbre. Fácilmente pudo haberse dejado poseer de una gran desilusión, o de amargura y del deseo de venganza.

Pero leemos en los relatos de su vida que, a pesar de que su orgullo fue reducido a la humillación, no se desespero. No expresó enojo hacia sus hermanos. No cuestionó los actos de Dios. Aparentemente en lo profundo de su corazón comprendía que el hombre no siempre comprende los propósitos de Dios. Con frecuencia El usa experiencias adversas para prodigar sus bendiciones.

Al principio le fue muy bien a José. Fue vendido a un oficial egipcio muy rico. Realizó muy bien su trabajo con una actitud muy agradable. El oficial reconoció sus capacidades y le encargó la administración de sus negocios. Dios bendijo su trabajo, de tal manera que su amo prosperó grandemente.

Mas de pronto se enfrentó a una prueba muy dura de su carácter. La esposa de su amo trató de seducirlo. De manera muy atrevida e impía ella lo tentó diciéndole: «Duerme conmigo.»

«No», declaró José, alejándose de ella rápidamente, *no sólo le haría un mal a tu esposo; seria pecado contra Dios.» En ese momento de gran prueba, José buscó refugio en el Señor, porque sabia bien que no prosperan quienes hacen el mal. José era justo. La esposa del oficial se había propuesto lograr sus propósitos lujuriosos a como diera lugar. Encontró otra oportunidad de imponerse sobre José, a siéndolo de su ropa y ofreciéndole su cuerpo. El trataba de huir, pero ella no lo dejaba. Al tratar de escaparse, ella le arrebató la ropa. José era un joven muy recto.

La mujer, llena de ira, comenzó a gritar y a acusar a José. Le mostró la ropa de José a su esposo diciendo: «Vino a mi para deshonrarme. Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.»

José fue encarcelado, aun cuando era totalmente inocente. Pero ni aun así se quejó ni cuestionó al Señor. Sentía en su corazón que Dios tenía un propósito en medio de todos esos eventos. No se estaba sometiendo a un destino de infortunio sobre el cual no tenía control alguno. No. Se estaba sometiendo a Dios basado en su fe. Sabía que Dios estaba interesado en él y que le dirigiría en la mejor forma.

José dejó en la cárcel la misma impresión que había dejado en la casa del oficial egipcio. Todo el mundo notaba que él era capaz, inteligente, que tenia fe en el único Dios verdadero.

En cierta ocasión fueron encarcelados, en donde José estaba preso, el panadero y el copero del rey. En cierta noche cada uno tuvo un sueño que los intranquilizó.

“Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete», dijeron.

«No son de Dios las interpretaciones?», dijo José. «Si me cuentan los sueños, quizá Dios me revele sus significados.”

«En mi sueño yo vi tres sarmientos con uvas maduras», dijo el copero. Y yo exprimía las unas en una copa y se la daba al rey en su mano.»

«En mi sueño yo llevaba tres canastillos sobre mi cabeza», dijo el panadero, y las aves com el que estaba por encima de los otros dos.»

José les explicó que los tres sarmientos y los tres canastillos representaban tres días. A los tres días el copero sería reinstalado en su puesto al servicio del rey, pero el panadero seria colgado.

«Acuérdate de mí cuando estés en la casa del rey», le dijo José al copero. “Estoy preso por acusaciones falsas. Me gustaría tener la oportunidad de presentar mi caso ante el rey. Por favor, mencionale mi nombre y mi caso.»

Al tercer día el panadero ſue colgado, tal como había interpretado José el sueño, y el copero tomó su lugar de nuevo al servicio del rey. Pero José fue olvidado. Es decir, ¡fue olvidado per el copero! Pera Dios tenía planes mejores para su fiel siervo. Dios nunca nos olvida.

Llene los espacios en blanco.

José demostró su fe y su devoción a Dios de las siguientes maneras:

  1. Aunque antes el orgullo dominaba su corazón, después demostró una actitud de _______________.
  2. Sus hermanos fueron crueles con él, pero él no trató de _______________.
  3. Aunque no podía comprender el propósito de Dios, no_______________.
  4. Cuando se enfrentó a una tentación muy cruda, se negó a _______________.
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