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La Voz de los Profetas

La Historia de Isaías

Para ayudar a la gente e comprender sus advertencias, el profeta contó la siguiente historia:

Cierto hombre decidió hacerse de una viña. Escogió una ladera muy fértil. La cavó, la despedregó y plantó vides escogidas. Edificó una torre para vigilar que nadie robara la propiedad o la fruta. Se preparó para la cosecha y el uso de la fruta que esperaba recoger. En otras palabras, le dio a su viña toda la atención y el cuidado posibles.

¿Qué esperaba recibir a cambio de su cuidadoso trabajo! Por supuesto, una buena cosecha de uvas hermosas y deliciosas Peru imagínese su decepción cuando tomó un puñado de la fruta madura, mordió una uva jugosa y se dio cuenta de que estaba amarga y agria! Qué había ocurrido? Cuán decepcionado y vació se sintió!

¿Qué cree usted que debía hacer?

«Le quitaré su vallado», dijo el hombre, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta: no será podada ni cavada. y crecerán el cardo y los espinos: y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella»

«Esta,» dijo Isaías, «es una ilustración de lo ocurrido entre Dios y su pueblo.

Isaías explicó que la viña representaba al pueblo, quien había sido plantado y cultivado por un Dios amante. Hizo todo lo posible por ayudarles. Esperaba que su amor fuera recíproco y que le obedecieran, pero en lugar de ello fueron rebeldes como hijos que ridiculizan a sus padres. ¿Qué hará Dios respecto a ello? Les envía una advertencia, explicó Isaías.

He aquí lo que Dios dice:

“Los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan al Señor serán consumidos.»

“Serán como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas. El fuerte será como estopa, y lo que hizo come centella, ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

Dios está ofendido y triste, continuo Isaías porque el pueblo fracaso de tres maneras

  1. Actuaron motivados por el orgullo, dependiendo de ellos mismos y no de Dios.
  2. Habían sido codiciosos y egoístas, puesto que tomaban todas las cosas buenas para ellos mismos mientras que engañaban al pobre y al indefenso.
  3. Habían tratado de apaciguar su conciencia por estos males haciendo sacrificios de animales y rituales.

No entendían el significado y el propósito del sacrificio y la oración. La voz divina le habló a Isaías diciendo: “Este pueblo con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí. La adoración que me ofrecen se compone sólo de reglas enseñadas por hombres.

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