Artículo

La Voz de los Profetas

La Compasión de Dios

Lo ocurrido fue posible sólo porque Dios estaba dirigiendo los eventos. Primero José fue extranjero, esclavo y preso. Mas de pronto ascendió al puesto de gobernador.

Algunas personas se llenarían de orgullo y deseos de venganza si les dieran un lugar de privilegio y poder. Pero José aceptó el plan de Dios con humildad. Expresó su sumisión a Dios mostrando su amor a los demás.

Los siete años de abundancia pasaron rápidamente. Los graneros de Egipto rebosaban con granos de las abundantes cosechas. Entonces comenzó el hambre. Muy pronto comenzaron a llegar personas de lugares muy distantes a comprar alimentos de las tiendas que José administraba. En cierto dia desde su negocio se quedó viendo a las multitudes que compraban y reconoció a sus diez hermanos.

Qué hubiera hecho usted en el lugar de José? Cómo hubiera usted tratado a quienes tramaron su muerte, lo arrojaron a una cisterna y lo vendieron como esclavo para ser llevado a un país lejano? Acaso desearia usted castigarlos? Vengarse de ellos? 

José ni siquiera pensó en tales cosas. Su vida estaba en las manos de Dios.

La compasión de Dios constituia una fuerza dentro de él. No había lugar para el orgullo o pensamientos de venganza.

Los hermanos de José no le reconocieron. El decidió probarlos acusando falsamente de ladrón al más joven de ellos. Todos salieron en defensa de su hermano y se ofrecieron a pagar lo que fuera necesario por su ofensa.

De esta manera José comprobó que ellos se habían arrepentido de sus antiguos pecados y que habían cambiado su forma de ser. Entonces se dio a conocer a ellos. «Yo soy José», les dijo, «Dios me envió antes que a ustedes para preservar sus vidas por una gran liberación. Regrésense rápido y traigan a toda la familia. Quiero honrar a mi padre y proveerle como lo debe hacer un hijo.»

Entonces José hizo arreglos para que la familia fuera lle vada a Egipto, donde les proveyó lugar para vivir. Se aseguró de que tuvieran una posición de respeto y lo mejor de la tierra. Ellos le estaban muy agradecidos y se inclinaban ante él.

Los sueños de José se habían realizado! Pero no sentía orgullo por la humillación de su familia. Tampoco recibió sus acciones como lo haria un gobernador arrogante. Sabía que todo había sido planificado por Dios para salvar a su pueblo. José era un hermano e hijo lleno de amor. Sabía que Dios había usado su vida para ilustrar la forma en que Dios libra al indefenso, provee bajo todas las circunstancias para quienes confian en El, y perdona a sus hijos rebeldes cuando éstos invocan su nombre.

Oración


Oh Dios, amigo protector de José, que sabes todas las cosas; eres el más sabio entre los sabios. Enséñame a encontrar refugio en ti bajo todas las circunstancias y dificultades. Ayúdame en todo tiempo a demostrar estas cualidades de carácter personal que más te agradan a ti. Ayúdame a no cuestionar las experiencias de mi peregrinación aquí en la tierra, sino a aprender a someter totalmente mi vida a tu perfecta sabiduría. Porque Tú, solo Tú, eres Señor de mi vida. Como ayudaste a José, ayúdame a mí también para que mis palabras y acciones puedan reflejar continuamente obediencia, humildad y compasión por los que me rodean.

Amén.

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