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La Voz de los Profetas

Promesas y Demandas

¿Siente usted un fuerte impulso de agradar a Dios? ¿Siente que anhela su presencia con el deseo de conocerle mejor? Quizá le parezca que está usted en busca de Dios, pero en realidad es lo opuesto, Dios anda en busca de usted. Lo que usted siente es la necesidad y el deseo de comprender mejor a Dios este tipo de llamado es el resultado del gran interés de Dios por usted. Esta es la forma en que Dios llama a la gente. Algunos no escuchan porque no ponen atención. Otros oyen claramente y están dispuestos a obedecer el impulso para hacer a un lado todo y buscar la voluntad de Dios.

El llamado que recibió Abraham fue como el que reciben todos los que escuchan atentamente la voz de Dios. Pero en cierto sentido fue un llamado también muy especial, que nadie más ha recibido. Con este llamado a Abraham, Dios comenzó un nuevo día para toda la gente.

Dios le dijo a Abraham:

Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que le bendijeren, a los que le maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti rodas las familias de la tierra.

En el llamado a Abraham resaltan tres promesas.

Dios prometió:

  1. Mostrarle a Abraham una tierra que pertenecería a su simiente.
  2. Hacer de Abraham un gran pueblo y honrar su nombre.
  3. Bendecir a Abraham y a través de él a todas las naciones.

Cuando Dios llamar a la gente hoy. les da promesas similares. Les muestra una nueva forma de vida. Les hace nuevas personas con cualidades mejores y diferentes. Les bendice y les hace una bendición a sus familiares, amigos y mucha gente.

Junto con las promesas, Dios también expuso ciertas demandas. Le pidió a Abraham que dejara atrás lo que le había sido familiar, tradicional y seguro. Le pidió que contara en que Dios supliría sus necesidades diarias. Más importante aún, le pidió que creyera que le nacería un hijo. De otra manera, la promesa en relación con su descendencia no tendría ningún significado o base. Abraham no tenía hijos. Su esposa era estéril. No podía dar a luz.

Por tanto, también eran tres las demandas.

Abraham respondió al llamado de Dios de tres maneras:

  1. Creyó sólo en el único Dios verdadero.
  2. Aceptó las promesas de Dios plena y cabalmente para su vida.
  3. Fue sumiso y obedeció todas las instrucciones dadas por Dios.

La obediencia significaba dejar su tierra y sus parientes, para dirigirse a una tierra extraña y comenzar así una nación o pueblo que nunca antes había existido.

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